La gestión de la tesorería en la empresa española nunca ha sido una tarea sencilla, pero en tiempos convulsos como los actuales, se convierte en la piedra angular de la supervivencia y el crecimiento de las compañías. La reciente sacudida provocada por el gran apagón energético del 28 de abril de 2025 y la incertidumbre generada por movimientos bancarios como la opa del BBVA a Sabadell han puesto a prueba la resiliencia financiera de miles de negocios.
Como diría Groucho Marx:
“¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!”
… y en el contexto empresarial, la clave está en cómo se administra cada euro.
El apagón eléctrico que afectó a España, Portugal y el sur de Francia evidenció la vulnerabilidad del tejido empresarial ante imprevistos. Con pérdidas estimadas en 2.000 millones de euros y varios fallecidos, sectores clave como industria, comercio y hostelería se paralizaron durante casi 20 horas en algunas zonas, obligando a grandes empresas a detener su producción y provocando cierres y pérdidas en pequeños negocios. El suceso subraya la necesidad de planes de contingencia y sistemas de respaldo energético.
Simultáneamente, los procesos de concentración bancaria limitan la oferta y el apetito por financiar el middle market, base de nuestra economía. Esto en un momento en el que, además, las políticas comerciales de Donald Trump generan incertidumbre y obligan a las empresas españolas a reforzar su gestión financiera y diversificar mercados para mitigar riesgos.
En este escenario, la gestión de la tesorería debe ser más rigurosa que nunca. Diversificar fuentes de financiación y “tirar” de fuentes alternativas o, como le gusta llamarlas a un muy buen amigo y CEO de uno de estos financiadores, complementarias de las tradicionales. Prudencia y de nuevo “Cash is King”: anticipar posibles restricciones y negociar condiciones con distintas entidades privilegiando evitar carencia de líneas, se convierte en una prioridad para no depender de un único proveedor financiero.

- José Carlos Cuevas de Miguel, Socio de Transformación y Turnaround de Crowe Spain.
- Foto: CROWE
La digitalización está transformando la gestión de tesorería. El 78% de los CFOs considera que la digitalización es esencial para garantizar la resiliencia financiera de sus empresas, permitiendo monitorizar en tiempo real los flujos financieros y tomar decisiones rápidas y precisas. Herramientas como el cash pooling, tesorería 24/7y el uso de la IA para mejorar las previsiones, reducen los tiempos de cierre de la posición diaria mejorando la visibilidad sobre la liquidez. Todo esto y la consolidación de soluciones como SEPA, permitirán mejoras como implantar una payments factory centralizada con payments on behalf of que transformará los centros de servicios comparticos.
Pero la tecnología debe ir acompañada de una gestión activa:
- Actualizar la previsión de tesorería de forma regular, ajustando entre plazos.
- No sobrevalorar la tecnología, sin duda ayuda y mucho, pero la calidad son las fuentes, estar cerca de quienes tiene “el dato”
- Elaborar presupuestos de tesorería que permitan determinar necesidades de financiación y garantizar la viabilidad a corto y medio plazo.
- Renegociar plazos de pago con proveedores para mejorar el fondo de maniobra y adaptarlo a las necesidades operativas de fondos.
- Adaptar la oferta a los cambios en el consumo, pero sin incurrir en riesgos incontrolables que nos den la vuelta a la situación.
- Vigilar la divisa y su impacto en liquidez y P&L
- Implantar factorías de pago que permitan controlar y optimizar el cash out.
- Y algo esencial: la mejor fuente de financiación es nuestro propio cash.
Como recordaba Churchill, “El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”. La gestión de la tesorería exige esa misma perseverancia y capacidad de adaptación, de los errores se aprende y son parte de la experiencia, al fin y al cabo. Aquel que nunca ha gestionado nada difícilmente podrá aportar errores en su trayectoria como gestor.
La tesorería no es solo una función administrativa, sino el motor estratégico que permite a las empresas anticipar riesgos, adaptarse a los cambios y aprovechar oportunidades. En tiempos de apagones, conflictos bélicos, lideres mundiales imprevisibles, fusiones y volatilidad, la diferencia entre sobrevivir o desaparecer radica en la capacidad para anticipar y gestionar la liquidez con rigor y visión de futuro.
No importa cuánto gane una empresa, sino cómo administra lo que tiene. La gestión de tesorería, apoyada en tecnología y en una actitud proactiva, es el mejor salvavidas para navegar en la tormenta.
Y hay un punto adicional que no debemos dejar pasar … en tiempos locos e inciertos la rectificación y la amplitud de miras no son muestra de duda, sino de adaptación al cambio. No puedo por más evitar recordar a Groucho Marx cuando decía:
“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”.
En tesorería, la flexibilidad y la capacidad de adaptación son, hoy más que nunca, los mejores principios para afrontar la incertidumbre.