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Empresas

Rafael Juan: "La sostenibilidad en el agroalimentario no viene por más impuestos, sino por la innovación"

El CEO de Vicky Foods es reelegido como presidente de Fedacova

  • Rafael Juan, presidente de Fedacova
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VALÈNCIA. "La sostenibilidad en el agroalimentario no viene por más impuestos, sino por la innovación", así lo apunta el recién reelegido como presidente de Fedacova, Rafael Juan (Villalonga, 1959), CEO del grupo Vicky Foods, quien defiende con firmeza el papel del sector agroalimentario como motor económico de la Comunitat Valenciana y pone el foco en la innovación como clave para abordar los retos del futuro. En esta entrevista, alerta sobre los efectos de la sobrerregulación, reclama más previsibilidad normativa y reivindica que la sostenibilidad debe venir impulsada por la tecnología, no por la fiscalidad.

Consciente de los desafíos globales, desde la inflación a la competencia desigual en mercados exteriores, Juan subraya la fortaleza de un sector resiliente, que ha sabido crecer en exportaciones, atraer inversión y adaptarse a los cambios. Apuesta por impulsar el emprendimiento, reforzar la internacionalización y avanzar hacia una cadena agroalimentaria más eficiente, competitiva y socialmente comprometida.

- ¿En qué estado de salud diría que se encuentra el sector agroalimentario en la Comunitat Valenciana?-

- El sector agroalimentario está en un buen momento en España y, especialmente, en la Comunitat Valenciana. Los últimos datos sobre exportaciones revelan que el sector ha contribuido de una manera significativa a la economía valenciana con un saldo positivo de 3.500 millones que compensan los saldos negativos de otros sectores. Por ello, es un sector muy competitivo y que está bien posicionado no solo en España, sino fuera. Por lo tanto, desde Fedacova nos corresponde estar en sintonía con ello y seguir impulsando el crecimiento del sector y que siga aportando a la Comunitat Valenciana empleo, riqueza y crecimiento.

- ¿Cómo ha sido la evolución del sector en los últimos años? 

- Es un sector resiliente que en la pandemia demostró claramente que se podía sobreponer con relativa facilidad a las crisis. Materias primas, guerra de Ucrania,... Se han dado varias crisis importantes en los últimos años y el sector, hasta ahora, ha respondido bien. También con la Dana, y es verdad que todavía hay empresas afectadas que lo están pàsando muy mal pero, en general, el sector ha respondido bien. Este efecto se ve en el fortalecimiento del mercado exterior gracias a que está en un momento dulce y en el que somos competitivos respecto a otras regiones y países.

- ¿Qué hace competitivo al sector valenciano respecto al resto?

- Tener empresas muy bien posicionadas, el talento y que la alimentación española en general y los productos con marca España venden. España es uno de los países más longevos del mundo y la alimentación tendrá que ver. Entonces, las empresas de producción y distribución de alimentos estamos en esa posición.

- ¿Ayuda el reconocimiento de la gastronomía española?

- Evidentemente, también influye tener una cocina excelente. Tenemos cocineros entre los mejores del mundo. Todo ayuda al crecimiento del sector agroalimentario.

 

- ¿Qué puntos críticos tiene que solventar el sector?

- La regulación es una de ellas. En Europa y en España tenemos una excesiva regulación que, en ocasiones, genera inseguridad jurídica y esto también afecta al sector. El impuesto de los plásticos somos el único país que lo aplica, y esto tiene una incidencia que repercute en nuestra competitividad. También la guerra arancelaria, aunque hasta la fecha más bien ha sido lo contrario. Los sectores más afectados, quizás ante el temor de que lleguen aranceles que puedan afectar, han incrementado sus exportaciones. Pero es verdad que la guerra arancelaria es una amenaza para todas las empresas que exportan a EEUU, porque es un mercado muy importante para nuestro sector. 

También está todo lo que tiene que ver con la escalada de costes y la incertidumbre. Ahora, la energía se está comportando mejor a pesar de que el apagón también afectó a empresas de producción y distribución. Pero es un sector resiliente y parece que ante las amenazas nos crecemos y es porque tenemos muchas más oportunidades que amenazas o debilidades.

- El plástico ha sido demonizado, si bien es cierto que en muchos casos es necesario para la conservación de los alimentos. ¿Cómo se podría haber encarado esa regulación?

- Nosotros somos conscientes de la sostenibilidad. Evidentemente, tenemos que luchar para que el sector sea sostenible, minimizar la huella de carbono y el impacto que generan lo residuos, especialmente los plásticos. Pero la solución no viene por más tasas o más impuestos, sino innovando. Trabajando en el desarrollo de nuevos materiales que sean más sostenibles, reciclables, compostables y que no afecten al medio ambiente. Y trabajar también en el desarrollo de nuevas metodologías de envasado y conservación para que la sostenibilidad sea un eje de crecimiento para las empresas. En el fondo, tenemos todos los mismos problemas. Y no hay que olvidar que el envasado de los alimentos es lo que nos ha ayudado a que tengamos el nivel de salud que tenemos y la seguridad alimentaria.

- ¿Considera que el sector está sobrerregulado?

- Se produce de forma constante por parte de España y de la Unión Europea cambios y, todo ello, hace que tengamos que adaptarnos las empresa a contrareloj. No se trata de desregular, sino de generar seguridad de manera que sea predecible. Muchas veces se legisla de una manera rápida y apenas da tiempo a las empresas a adaptarnos cuando ya tenemos otra norma encima.

-¿Qué tipos de materiales pueden llevar a los envases del futuro más allá del plástico?

- Hoy por hoy, los plásticos son insustituibles en la agroalimentación. Desde nuestro punto de vista, hay que trabajar para encontrar nuevos plásticos que sean más sostenibles. 

 

- ¿En qué es necesario innovar en el sector agroalimentario?

- Es un sector muy innovador y, sobre todo, hay que atender a las demandas de los consumidores y los clientes. En el eje de salud, de producir alimentos que sean cada vez más saludables. En el de sostenibilidad y en el ámbito de la economía social. Somos un sector muy importante para la sociedad y debemos trabajar para ayudar al crecimiento de la sociedad. En el mundo hay muchos millones de personas que pasan hambre a pesar de los avances y las mejoras en la producción de alimentos y la distribución. Todavía hay muchos países con déficit calórico que no reciben los alimentos adecuados para una dieta saludable. Y, por lo tanto, es obligación del sector colaborar en que haya hambre cero. En materia de desperdicio alimentario, somos un sector consciente de este tema, y la mayoría de las empresas estamos adaptadas. Todo lo que evite el desperdicio alimentario hace que los alimentos lleguen a más personas. 

- ¿Y por qué punto de la cadena pasa esto?

- Dependerá del posicionamiento de cada empresa en cada punto de la cadena alimentaria, pero el desarrollo de nuevos alimentos requiere de inversión por parte de las empresas. Pasa porque las empresas seamos conscientes e invirtamos. Aquí también tiene importancia el tamaño de las compañías. España, en este sentido, vamos a la zaga en cuanto al tamaño. Tenemos que ser conscientes de ello y fomentar al máximo la innovación.

- ¿Qué papel está jugando el canal online en el sector agroalimentario?

- La venta online es un canal más de distribución que va creciendo, aunque no es precisamente España el país más puntero en ese sentido. Somos más sociales, nos gusta salir de compras, pero es un canal más de distribución. Lo que sí es clave, no solo en lo que es la distribución, es la aplicación de la tecnología en la digitalización de las empresas. Esto juega un papel muy importante, al cual ya se están dedicando muchos recursos, pero hay que seguir invirtiendo en tecnología para ser más competitivos y para aprovechar la disrupción que estamos viendo en muchos temas como inteligencia artificial, robótica,... Hay muchos avances y en las empresas tenemos que ser conscientes en seguir invirtiendo en la aplicación de estas tecnologías. 

- Uno de los sectores con más problemas es el de exportación e importación de frutas y verduras.

- Aquí se da la paradoja, y es otra de las amenazas, de que productos procedentes de terceros países en ocasiones no siguen las mismas normas y controles que tenemos en España y nos hacen la competencia dentro de los mercados europeos. Es una forma de ayudar a estos países que tienen economías más rezagadas, pero esto afecta directamente al sector, tanto en España como en la Comunitat Valenciana, como es el caso de los cítricos. 

 

- ¿Qué se podría proponer ahí?

- Hay que ayudar a los países en su desarrollo, especialmente si son países de tercer mundo, pero no a costa de los sectores productivos en España. Hay que darles la caña y no el pez. Hay que invertir en ayudarles con la creación de empresas y con sistemas de producción que, cuando nos envíen productos a Europa, vengan en igualdad de condiciones. 

- ¿Cómo se percibe el emprendimiento en el sector agroalimentario valenciano?

- Es un sector muy emprendedor y hay muchas startups desarrollando tanto productos finales como tecnologías aplicadas al sector. Y, en este sentido, es fruto de la buena salud que goza. 

- ¿Qué percepción tiene la sociedad a día de hoy del sector agroalimentario? Cuestiones como la reduflacción no han ayudado mucho. 

- En ocasiones, lo que falta es información. Cuando los costes suben, evidentemente, se tiene que repercutir en los precios y no se han trasladado los costes a los precios en la medida que esto subía. La percepción que tiene el consumidor es que los costes son más caros. O bien, se puede encarecer subiendo el precio, o bien reduciendo el envase. Pero es que no tiene vuelta de hoja. Si subes los costes, la única solución es subir los precios.
Por otro lado, los alimentos, aunque son una parte significativa del gasto familiar, creo que hoy en España no tenemos un problema del coste de los alimentos como tienen en otros países y, por lo tanto, es perfectamente entendible y asumible que cuando suben los costes hay que repercutirlos. 

- ¿Fueron adecuadas las medidas tomadas por el Gobierno en materia de IVA, por ejemplo?

- Si los alimentos, muchos de ellos de primera necesidad, se han encarecido excesivamente, hay una parte importante de los alimentos que consumimos que son los impuestos. En la medida que el precio sube, el Gobierno también recauda más. Entonces, tiene sentido que, si han subido las materias primas, no quieras recaudar más, dejémoslo como restaba. Entonces, parece que tiene sentido que se haya reducido el coste a los alimentos más básicos.

- ¿Cree que la gente está dispuesta a pagar más por alimentos más sostenibles?

- Creo que en España no estamos a día de hoy muy dispuestos a pagar más por la sostenibilidad. Sí que en igualdad de condiciones nos quedamos con el producto más sostenible, pero no estamos dispuestos a pagar más como sí ocurre en otros países o mercados. Esto nos genera la obligación de ser más innovadores e intentar que esa sostenibilidad no sea un coste excesivo, porque es la única manera de ser más sostenibles produciendo alimentos. Porque en la medida que el mercado no ayude, no vamos a tener más remedio que ser las empresas que lo hagamos.

- Desde Fedacova pusieron en marcha un hub de innovación junto a Itene, ¿qué otros proyectos tienen en marcha?

- A través del hub InnovaPack trabajamos en la innovación en el packaging para contribuir a desarrollar sistemas de envasado más eficientes. También en la aplicación de todo tipo de tecnologías sobre la industria y los procesos para ayudar a las empresas a nivel de eficiencia, que también es invertir en sostenibilidad. También hemos desarrollado un sistema de inteligencia artificial para la prospección de mercados internacionales junto a Entrii para conocer mejor todos los mercados y productos y es clave a la hora de desarrollarnos en nuestros mercados. 

 

- ¿Hay mercados más receptivos del producto español?

- En general, los alimentos españoles y de la Comunitat Valenciana están muy bien valorados fuera de España y lo avalan los principales destinos, que en Europa son Alemania, Francia, Italia o Reino Unido. Tienen un nivel de vida más elevado que el nuestro y valoran muy bien nuestros alimentos.Y ahí debemos seguir trabajando para incrementar nuestras exportaciones. 

- ¿Se han relajado los costes que estaban disparados como los fletes o la luz?

- Sigue habiendo volatilidad. Ha subido el cacao, ha bajado el aceite de oliva. Y, en la medida de las amenazas arancelarias, sigue habiendo mucha volatilidad en el sector y, aunque han bajado, ni mucho menos los costes han llegado a ser lo que eran en 2019 o 2020. Sí se ha dado una relajación, pero no nos ha llevado a los precios de hace cinco años en el agroalimentario.

- ¿Cómo impactan las redes sociales en el sector agroalimentario?

- Las redes sociales impactan en los hábitos de consumo. Lo que tiene que darse es más profesionalización y más formación para los consumidores y que no se dejen llevar por influencers que, en muchas ocasiones, carecen de la profesionalidad adecuada para hacer recomendaciones que afectan a nuestra salud. No hay que dejarse llevar por la desinformación.

- ¿Hay algún otro reto que deba afrontar el sector?

- La internacionalización es también un reto muy importante, como decía al principio. Somos uno de los sectores más exportadores de la Comunitat Valenciana, el que más superávit genera, y este es un reto que tenemos que continuar con él. Seguir internacionalizando las empresas y buscando nuevos mercados y países y estamos muy bien posicionados y la exportación tiene que continuar como palanca de crecimiento. 

- ¿Se percibe interés por parte de los fondos de inversión en las empresas valencianas del sector?

- Es obvio. Somos un sector que funciona muy bien y es muy atractivo para los fondos. Esto hace que quizá haya una sobrevaloración de las empresas, pero es positivo para la sociedad. Aunque haya una inflación a la hora de valorar las empresas, esto también ayuda a que se invierta más y haya más incremento en la valoración.

 

- ¿Esta sobrevaloración perjudica en algo?

- Cuando es un sector en el que la mayoría de empresas son familiares, éstas no tienen tanta capacidad de financiación, aunque se suple con innovación, equipo o talento. De manera que es un sector que goza de buena salud y por eso los fondos tienen tanto interés. Es mejor invertir para ellos en un sector que saben que se va a revalorizar que en sectores que pueden tener más incertidumbre.

- ¿Qué le pediría a la administración para favorecer al sector agroalimentario?

- Que para la regulación nos tengan en cuenta a nivel estatal y europea. Que antes de decidir cómo regular, se tenga en cuenta la opinión de las empresas. Cuando te dan poco margen, como en el tema de bienestar animal, por ejemplo, o con el impuesto del plástico y la contabilidad. Este tipo de cuestiones nos hacen cambiar el foco para otras cuestiones que son prioritarias. Y por otro lado, a las compañías afectadas por la Dana, que les lleguen indemnizaciones cuanto antes.  

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