VALÈNCIA. El apagón que sufrió España el pasado 28 de abril ha evidenciado, entre otras cuestiones, la necesidad de almacenar energía para poder inyectarla a la red cuando se requiera. Sistemas de baterías que, sin embargo, son una gran asignatura pendiente en España. De hecho, todavía se está muy lejos de cumplir con el objetivo que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de alcanzar los 22,5 GW de capacidad de almacenamiento para 2030 con el fin de maximizar el aprovechamiento de las energías renovables. Actualmente, el país cuenta con aproximadamente 7,6 GW instalados, por lo que queda un largo camino por recorrer.

Por ello, desde la Generalitat Valenciana se han fijado como eje prioritario, dentro de su política energética, fomentar este tipo de instalaciones tanto en el modelo de hibridación, es decir, plantas de baterías incluidas dentro de parques fotovoltaico o eólicos, como las del modelo stand-alone, aquellas que operan de forma autónoma. Y, en este sentido, la Dirección General de Energía, dependiente de la Conselleria de Industria, ultima una instrucción para agilizar y simplificar la tramitación administrativa de este tipo de proyectos. Una norma que se espera que pueda estar en las próximas semanas para acelerar la implantación de plantas de baterías en territorio valenciano. 

"El almacenamiento energético tiene que crecer en la Comunitat Valenciana y debe hacerse con una modificación legislativa más amable y con certidumbres. Especialmente, con una simplificación para acortar los plazos para que sean reales a los tiempos de las empresas", enfatizó este jueves el secretario autonómico de Industria, Felipe Carrasco, durante su participación en unas jornadas organizadas por Power Electronics. 

No solo por una cuestión estratégica y de necesidad, sino también para facilitar al sector el acceso a fondos europeos, en el marco del Perte de almacenamiento energético, como también para poder acceder a las nuevas ayudas de 700 millones de euros que ha lanzado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para el desarrollo de proyectos de inversión en almacenamiento energético a gran escala. Y es que, sin facilidades autonómicas, pocas opciones tendrían las empresas valencianas dada la farragosa y compleja burocracia actual para la puesta en marcha de este tipo de instalaciones en tierras valencianas.

El tiempo apremia, ya que esta convocatoria, cofinanciada con fondos europeos del Programa Plurirregional Feder 2021-2027 en régimen de concurrencia competitiva, ya ha abierto el plazo para presentar solicitudes, que se extenderá hasta el 15 de julio de 2025. De ahí, que la Generalitat haya decidido sacar lo más pronto posible un texto en forma de instrucción por la rapidez en su aprobación y entrada en vigor frente a otro tipo de normas, que requieren de más procesos.

El objetivo es facilitar modelos de hibridación en parques fotovoltaicos ya construidos o en tramitación, de modo que en ellos se pueda instalar una planta de baterías para maximizar su rendimiento y eficiencia.  En este sentido, la nueva regulación recogerá la convalidación de la tramitación ambiental de la planta de baterías con la de los proyectos fotovoltaicos que ya la hayan superado o estén en esa fase, en el caso de que ese sistema de almacenamiento no suponga un incremento de la potencia instalada.

"No tiene sentido que obliguen a tramitar como nuevo un proyecto de baterías que viene a acompañar un parque, si no aumenta la potencia. Ahora, la ley autonómica nos obliga a tramitar desde cero esa instalación de almacenamiento con todo lo que eso supone de evaluaciones e informes cuando, al final, son pequeñas instalaciones que se colocan en la misma parcela de un parque fotovoltaico. Por tanto, complementan a algo ya tramitado o en tramitación", explican desde la patronal Avaesen.

En este sentido, la patronal explica que estas baterías son contenedores de 20 pies que, de media, ocupan 40 metros cuadrados en la misma parcela de un parque, sin necesidad de solicitar superficie adicional y con capacidad de almacenar entre 2-3 MW. "Otro tema es que un proyecto solar de 5 MW se convierta en 10 MW, entonces sí que Conselleria debe analizarlo, pero nosotros hablamos de instalaciones en las que la potencia no varía y los proyectos están en el perímetro de la planta", remarcan. 

Otras comunidades como Cataluña o Murcia, ya han sacado normativas en este sentido. "Es necesario promover e incentivar el almacenamiento energético para hacer una red mucho más estable y fuerte, especialmente en este contexto tras el apagón", insisten desde Avaesen. Pero también, para ir liberando el bloqueo de expedientes actual de cerca de un millar con una potencia total de 9 GW y generar nuevas inversiones.

De hecho, esta instrucción será la avanzadilla a una profunda actualización de la normativa energética en la Comunitat Valenciana. El objetivo es, según explican fuentes de Industria a este diario, que entre septiembre y octubre salga una segunda fase del Plan Simplifica, con una buena parte dedicada a energía. En ella se unificarán criterio y clarificarán muchos de los procesos, contemplando todas las casuísticas. 

La hoja de ruta energética del Consell, que aspira a que la región alcance la soberanía energética en 2035, se basa en 14 pilares y uno de ellos es precisamente el almacenamiento, con el reto de promover una normativa que facilite la instalación de las baterías. Asimismo, esta estrategia pretende potenciar la energía solar fotovoltaica, haciendo hincapié en el autoconsumo compartido y las comunidades energéticas; impulsar la eólica mediante una actualización del Plan Eólico y la repotenciación de aerogeneradores, así como activar el biogás, que cuenta con una gran penetración en Europa, frente a su exigua presencia en España, entre otras cuestiones.