VALÈNCIA. El cáncer de piel es el de mayor incidencia en el ser humano. “Es un importante problema de salud pública, con un alto impacto sanitario”, apunta el Dr. Onofre Sanmartín, jefe del servicio de Dermatología del IVO. Y es que cada año se diagnostican más de 78.000 nuevos casos en España, de los que 8 de cada 10 padecerán un carcinoma basocelular, que es el tipo de cáncer de piel más frecuente y suele aparecer en zonas expuestas al sol como pueden ser la cara y el cuero cabelludo, aunque también puede observarse en escote, espalda y extremidades. El resto de casos son melanomas, que es el más agresivo, o carcinomas de células escamosas que, con apariencia de herida con costra y bordes sobreelevados que sangran fácilmente, están vinculados con el daño acumulativo provocado por la exposición solar, por lo que el riesgo de padecerlo se incrementa con la edad. 

Y es que la piel tiene memoria y la prevención es la mejor estrategia para evitar el cáncer de piel. Sin embargo, las cifras reflejan que todavía no somos conscientes de su gravedad: solo el 11% de la población española cumple correctamente con las recomendaciones médicas y el 46% de la población española no ha ido nunca a revisarse la piel. Descuidos que provocarán que 1 de cada 4 valencianos pueda tener un carcinoma basocelular a lo largo de su vida.

Eso a pesar de que cada vez son más los que, gracias a las campañas de prevención precoz, detectan cambios sospechosos en su piel y acuden a tiempo al dermatólogo. Pero el Dr. Sanmartín advierte de que “sigue habiendo mucha ‘desinformación’ sobre los peligros del sol y la necesidad de usar de forma sistemática protección como evitar la exposición excesiva al sol, especialmente en la infancia, fotoprotectores, gafas de sol/ gorras o sombrero de ala ancha/ camisetas etc.… Se nos olvida que piel solo hay una y que cada vez que nos quemamos, una parte de la quemadura se queda para siempre, aunque no lo notemos a simple vista”. Y más de tres quemaduras con ampollas provocadas por el sol son determinantes a la hora de poder desarrollar un cáncer de piel.

De ahí que sea esencial protegerse del sol desde pequeños, “los hábitos de la infancia y adolescencia ‘pasan factura’ a lo largo de la vida”. Y más teniendo en cuenta que los jóvenes de entre 18 y 30 años son los que menos se protegen del sol, “el 90% de los cánceres de piel están causados por el sol; es vital concienciarles de que el bronceado es una reacción de la piel frente a las lesiones causadas por el sol o los rayos UVA y no debería de ser paradigma de belleza”.

Y sí, aunque hay grupos de personas donde es más frecuente el cáncer de piel, (personas con piel y ojos claros, cabello rubio o pelirrojo, o con más de 50 lunares. Además, tener algún familiar diagnosticado, usar las cabinas de rayos UVA o estar muchas horas expuesto a la radiación o las quemaduras solares), en los últimos años se ha incrementado el diagnóstico de melanoma en personas sin factores de riesgo. De ahí que el jefe del servicio de Dermatología del IVO señale que “cada vez es más importante autoexplorarse la piel para detectar nuevos lunares, el crecimiento atípico de algunos o posibles cambios de color, forma, picor o dolor”.

¿Qué debo revisar y cómo reconoceré las manchas sospechosas? Además de revisar el cuerpo, por delante y por detrás, buscando cualquier cambio en nuestra piel, los expertos inciden en no olvidar zonas que suelen quedar en el olvido como pies, manos, zona genital o el cuero cabelludo. Y a la hora de reconocer manchas sospechosas durante la autoexploración, el Dr. Sanmartín explica una formula sencilla, la llamada regla del ABCDE: “A, de asimetría; B, de bordes irregulares; C, de color variado; D, de diámetro mayor de 6 milímetros, y E, de evolucionando, cambiando. Ante cualquier anomalía hay que consultar con un dermatólogo y si se dan esas cinco características la sospecha es aún más preocupante y hay que acudir lo antes posible al médico”.

El IVO, referente en técnicas de diagnóstico y tratamiento

¿Cómo es el tratamiento? Aunque cada caso debe de analizarse de forma particular, la cirugía sigue siendo el abordaje principal en el cáncer de piel. “Precisamente, el IVO es pionero en la cirugía de Mohs, que tiene como objetivo analizar el 100% de los márgenes quirúrgicos y, de forma secundaria, evitar quitar el máximo tejido sano posible. Esta técnica permite eliminar por etapas el tumor, restringiendo cada una de ellas a la zona donde se hayan identificado restos de tumor en la etapa previa”, explica el jefe del servicio de Dermatología del IVO.

Además, el centro también es referente en otras técnicas de diagnóstico y tratamiento como el ganglio centinela en el melanoma o la terapia fotodinámica. Por ejemplo, actualmente, el IVO dispone de un escáner láser de microscopia confocal para el análisis inmediato de los márgenes de las lesiones cancerosas de piel. “Gracias a esta nueva tecnología, se puede analizar la morfología de la piel y los márgenes tumorales se pueden analizar en menos de 5 minutos con mínimos procesamientos, cuando antes tardábamos unos 45 minutos permitiendo agilizar y guiar la cirugía de Mohs con gran precisión”.

A ello se une que, en los últimos años, el desarrollo de las terapias dirigidas a dianas moleculares específicas y la incorporación de la inmunoterapia han revolucionado el tratamiento de diferentes tipos de cáncer de piel consiguiendo resultados muy prometedores. “Y en esa línea el IVO desarrolla distintos proyectos de investigación en colaboración con otros centros nacionales y consorcios internacionales que permiten estar a la vanguardia de los nuevos descubrimientos y aplicaciones clínicas”, apunta el Dr. Sanmartín.

Mayor conocimiento del cáncer de piel

En este contexto, la Dra. Zaida García, adjunta al Laboratorio Molecular del IVO, destaca que los avances en biología molecular han mejorado el conocimiento del cáncer de piel, especialmente del melanoma cutáneo y los cánceres de piel no melanoma. "Estos conocimientos revelan mecanismos moleculares, alteraciones genéticas y posibles dianas terapéuticas que podrían mejorar las estrategias de diagnóstico y tratamiento. Recientes investigaciones destacan el papel de la luz ultravioleta (UV) en el desarrollo del cáncer de piel y genes fundamentales en la patogénesis del carcinoma de células basales (CCB) y del carcinoma de células escamosas (CCE)”. 

Esta identificación de vías moleculares comunes ha llevado a la exploración de terapias dirigidas, incluida la reutilización de fármacos para el tratamiento del cáncer de piel. “Se investigan nuevos biomarcadores para predecir la progresión del cáncer de piel y la respuesta a las terapias, mejorando los enfoques de tratamiento personalizado”, comenta adjunta al Laboratorio Molecular del IVO.

En concreto, en el IVO se ha implementado tecnología de secuenciación masiva, análisis transcriptómico y biopsia líquida, “que permiten un diagnóstico más preciso, una mejor predicción del pronóstico y un tratamiento más eficaz”, asegura la Dra. García, que añade que, además, se lleva a cabo el análisis de alteraciones genéticas hereditarias que pueden implicar un mayor riesgo de desarrollar síndromes hereditarios con afectaciones cutáneas (síndrome de Gorlin, Muir-Torre, melanoma familiar…), “lo que ayuda a implementar estrategias de seguimiento y prevención adaptadas al paciente y a sus familiares”.