Desde su llegada a Valencia en 2024, Clikalia no ha pasado desapercibida. Con un modelo que mezcla tecnología, rehabilitación y agilidad, la compañía ha puesto sobre la mesa una alternativa al estancamiento del mercado de obra nueva. “El 67% del parque inmobiliario de Valencia tiene más de 40 años. La mayoría de esas viviendas están desactualizadas o en malas condiciones. Rehabilitar no es una opción, es una necesidad”, explica Marta Enríquez.
La falta de suelo y la antigüedad de las viviendas son los dos grandes problemas que Enríquez identifica como frenos al acceso a la vivienda. “En 2024, Valencia fue una de las ciudades donde menos obra nueva se construyó. Mientras tanto, la demanda crece, también por parte de extranjeros”.
Frente a ese escenario, la rehabilitación ofrece ventajas claras: rapidez, menor coste y un impacto medioambiental mucho más bajo. “Reformar permite acceder a vivienda de calidad sin esperar años, y además ayuda a cumplir con los objetivos de sostenibilidad marcados por Europa”, señala.
Pero para que la rehabilitación pueda despegar, hace falta algo más: financiación. “El mayor freno es el económico. Necesitamos más incentivos fiscales, más ayudas. El recorte del ITP al 9% en Valencia fue positivo, pero claramente insuficiente”.
Clikalia apuesta fuerte por la tecnología como acelerador de este proceso. Desde visitas virtuales durante la reforma hasta automatización de procesos que reducen plazos de venta de seis meses a siete días, su enfoque busca hacer más fácil y transparente el camino al comprador. “La digitalización no solo optimiza operaciones; mejora la experiencia del cliente y genera confianza”.
Además, integran inteligencia artificial para estimar precios, definir inversiones y predecir rentabilidades. “Es la forma de tomar decisiones más rápidas y acertadas. Sumamos tecnología a toda la cadena de valor”.
Enríquez destaca que Clikalia no solo vende casas, sino que busca redefinir cómo se accede a la vivienda en ciudades con mercado tensionado como Valencia. “No hay tiempo que perder. Si no rehabilitamos ya, nos quedaremos sin viviendas disponibles a corto plazo”.
Y concluye con una idea clara: “El futuro de la vivienda en Valencia no pasa solo por construir más, sino por aprovechar mejor lo que ya tenemos”.