Opinión

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EL BILLETE

Monólogos de sordos

Publicado: 25/05/2025 ·06:00
Actualizado: 25/05/2025 · 06:00
  • Mazón saluda a Sánchez en la Conferencia de Presidentes del 13 de diciembre de 2024.
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España es ese país donde el presidente del Gobierno acude a la capital de una comunidad autónoma el mismo día que el presidente de la comunidad autónoma monta un acto con sus acreedores para exigir al presidente del Gobierno que le facilite liquidez para poder pagar sus deudas, sin que ambos mandatarios se saluden ni dialoguen pese a hallarse a unos cientos de metros.

Va a ser más fácil que se encuentren Putin y Zelenski que Pedro Sánchez y Carlos Mazón, quienes hace casi siete meses que no se hablan y cinco que no se ven. La última imagen juntos es la de un frío saludo en la Conferencia de Presidentes celebrada el 13 de diciembre en Santander. Desde el 3 de noviembre de 2024 solo han cultivado de manera ocasional la comunicación epistolar. Mazón reveló el otro día que el 20 de diciembre envió una carta a Sánchez no para felicitarle la Navidad sino para preguntarle por el Extra FLA que el Gobierno había borrado de su planificación de 2025, y este le respondió con vagas promesas que, para variar, no cumplió. 

Los valencianos no nos merecemos esto, pero es lo que tenemos. Alguien dirá que es lo que hemos votado, pero la oferta electoral es la que es y de donde no hay no se puede sacar.

Del acto del jueves en el Palau de la Generalitat para reclamar el Extra FLA al Gobierno me quedo con la frase del presidente de la patronal de constructoras de obra pública Fecoval, José Luis Santa Isabel: "Oí al presidente del Gobierno decir que pidiéramos lo que necesitáramos, que se nos daría, pues si necesitamos el FLA extraordinario, yo le pido, por favor, que se apruebe ese FLA extraordinario, con urgencia, porque esta comunidad no es de nadie, sino de todos, no es de un color o de otro, es de las personas que la habitamos".

  • Mazón, en el acto reivindicativo con los empresarios. Foto: GVA

¿Tan mal está la caja de la Generalitat? Sí. ¿Tan vital es el Extra FLA ahora mismo? No. ¿Está exagerando Mazón para atizarle al Gobierno? Por supuesto, igual que hizo con el agua de la Albufera, que antes de la Dana parecía que se iba a secar de un momento a otro por culpa de Teresa Ribera. Pero es legítimo exagerar las cosas dentro de una estrategia política.

Lo que no es legítimo es lo de Sánchez, que agudiza la asfixia financiera de la Generalitat para fastidiar a Mazón, a ver si cae de una vez, sin importarle que ese apretón lo suframos las personas que habitamos la Comunitat Valenciana, como decía el empresario. Sánchez aprieta pero no ahoga porque en el último momento saldrá al rescate con una tardía lluvia de millones –los que nos corresponden, ni uno más– y otra de propaganda. 

Sánchez y su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aprietan a Mazón en el cuello de los valencianos, especialmente de los acreedores de la Generalitat, pero no solo de ellos. La falta de liquidez provoca retrasos en los pagos, y esos retrasos generan intereses, y los intereses se detraen del ya deficitario presupuesto autonómico, de manera que hay menos dinero para gasto social irrenunciable, lo que genera más déficit y más deuda. En 2023 –último año analizado por la Sindicatura de Comptes–, la Generalitat abonó a las empresas proveedoras 40,3 millones de euros en intereses de demora y dejó en el cajón –sí, también hay intereses de demora en el cajón– otros 55,8 millones pendientes de contabilizar.

Esto podría evitarse en parte si el Gobierno facilitara las cosas, pero Montero y Sánchez no encuentran ninguna ventaja en facilitarle las cosas a Mazón. Todo lo contrario. Además, el PP le proporciona argumentarios de sobra para justificar su actitud, de manera que la culpa acaba siendo de Mazón o de Núñez Feijóo.

Por ejemplo, la Generalitat ha recibido en lo que llevamos de año 814 millones menos de entregas a cuenta de lo que le corresponde. Es dinero de nuestros impuestos que se ha recaudado pero permanece en la caja del Estado porque el Gobierno lleva dos años sin presentar presupuestos y está transfiriendo a las CCAA las mismas entregas a cuenta que en 2023. La inflación hace que paguemos más impuestos que en 2023 y que la Generalitat tenga más gastos que en 2023, pero el exceso de recaudación de 2025 lo retiene el Estado y la Generalitat tiene que endeudarse o pedir adelantos para poder pagar.

¿Y por qué no se han actualizado las entregas a cuenta? Pues resulta que el Gobierno sí las actualizó en el decreto-ley ómnibus del pasado diciembre que incluía medidas de todo tipo. El PP, Vox y Junts hicieron decaer ese decreto-ley en el Congreso, en el caso del PP porque incluía el regalo de un palacete en París al PNV. El Gobierno aprobó entonces otro decreto-ley con lo que consideró más urgente del decreto derogado y no incluyó la actualización del dinero de las CCAA. Y el PP dio su visto bueno a pesar de que sí estaba otra vez el palacete de París.

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Montero no desaprovechó la ocasión y construyó su relato: si las CCAA no están recibiendo el dinero que les toca la culpa es de Feijóo. Vale, Feijóo ha metido la pata, ¿pero cuándo piensa actualizar las entregas a cuenta? La culpa es de Feijóo. Sí, pero el Gobierno tendrá que actualizar las entregas a cuenta porque ese dinero es de las CCAA... La culpa es de Feijóo, que votó en contra, y de Mazón, que se queja de que no tiene dinero y baja impuestos. Y de ahí no la sacas. Otra vez el relato a ver a quién tiene la culpa en lugar de la solución.

El de las entregas a cuenta sin actualizar –165 millones al mes que no recibe la Generalitat– es el verdadero problema de la consellera Ruth Merino, que ha tenido que pedir varios anticipos al Gobierno para evitar el colapso. Si Sánchez quisiera, el Consejo de Ministros aprobaría el martes la actualización de las entregas a cuenta y el 1 de junio las CCAA podrían recibir el dinero retenido en la caja del Estado. El Extra FLA en el que viene insistiendo Mazón se aprobará a tiempo y se pagará, como todos los años, en julio.

Curiosamente, todo esto no es nuevo. Ximo Puig también sufrió estrecheces cuando gobernaba Rajoy, a quien reclamó en varias ocasiones que calendarizase el Extra FLA por meses, de manera que en lugar de transferirse de golpe en julio se dividiese en siete partes y llegase mes a mes desde enero. Una propuesta la mar de lógica que tuvo por parte de Cristóbal Montoro la misma respuesta que Mazón obtiene de Montero, el silencio.

Cuando llegó Sánchez a La Moncloa en 2018 se apaciguó notablemente el ánimo reivindicativo de Puig, a pesar de que las estrecheces financieras de la Generalitat fueron en aumento, y aquella propuesta que suavizaría las tensiones de tesorería quedó en el olvido. Porque los políticos valencianos de todos los colores siempre han gritado y agitado banderas cuando enfrente están los otros pero no cuando gobiernan los nuestros. Y así nos va.

PS: Sánchez pasó por València sin atender a los periodistas valencianos que le íbamos a preguntar por asuntos importantes que nos afectan por los que no preguntan los periodistas de Madrid. Ocultó su agenda, como Mazón, para que nadie supiera que iba a Riba-roja, y además no se paró a hablar con los periodistas para evitar preguntas incómodas, al contrario que Mazón, que al menos se para y contesta.

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