VALÈNCIA. Poco se dejó ver el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a Valencia para reunirse con las asociaciones de víctimas de la Dana. El encuentro, que tuvo lugar casi siete meses después de la tragedia, se zanjó con gran cantidad de promesas y la satisfacción de los representantes de los damnificados, pero estuvo envuelto en un cierto halo de ocultismo.

La convocatoria a los medios se hizo con menos de un día de antelación, a las pocas horas de anunciar el encuentro —tampoco a las asociaciones les habían dado mucho margen al avisarles la tarde del martes—. Sin embargo, en la agenda del jefe del Ejecutivo no figuraba que acudiría, antes de la cita, al municipio de Riba-roja para visitar una empresa afectada por la riada. Una presencia exprés que, cabe destacar, se produjo en la localidad que dirige el alcalde socialista Robert Raga, candidato oficioso de la líder del PSPV, Diana Morant, en las últimas primarias provinciales, en las que resultó vencedor su contrincante, Carlos Fernández Bielsa.

El vacío en las previsiones de La Moncloa recuerda a las ya habituales ausencias en la agenda del president de la Generalitat, Carlos Mazón, que en los últimos meses ha practicado en más de una ocasión la aparición en actos públicos sin previo aviso. Como en el resto de casos de este tipo, la jugada del equipo de Sánchez quedó en evidencia a posteriori, cuando el presidente ya había hecho acto de presencia en la localidad de la ‘zona cero’ y lo había publicado en sus redes sociales. Solo entonces se hizo saber a los medios de comunicación, con material fotográfico adjunto y sin ningún tipo de declaraciones ni atención a la prensa.

El encuentro con las asociaciones de víctimas se desarrolló en la sede de la Delegación del Gobierno de València y contó con una notable protección policial frente a una pequeña protesta de una treintena de manifestantes, entre los cuales se pudieron avistar afiliados y algún concejal de los populares valencianos. Los periodistas, concentrados en una sala del complejo apartada, apenas pudieron ver de lejos al presidente: solo a los medios gráficos se les permitió hacer un ‘mudo’ —fotografías y vídeos de recurso— de la recepción y durante poco tiempo, cerca de un minuto.

Pero esta actitud evasiva no acabaría aquí, pues tras la extensa reunión con los representantes de las asociaciones —duró más de tres horas—, los portavoces ofrecieron a los medios una rueda de prensa donde manifestaron estar “satisfechos” por la “fructífera” conversación con Sánchez. Del presidente, al que casi ni se le pudo ver salir del edificio, poco rastro, por lo que nadie pudo preguntarle por asuntos relativos a la Dana ni por otros como los problemas de infrafinanciación de la Comunitat Valenciana, el Extra FLA o el procesamiento de su hermano. El objetivo de La Moncloa, se dijo, era dar todo el protagonismo a las víctimas, que comparecieron solas.