VALÈNCIA. Ya son diferentes miembros del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) los que han dejado claro que durante la tarde de la Dana, en esa reunión, nadie habló de lo que estaba sucediendo en el barranco del Poyo y que todas las miradas estaban puestas en la posible rotura de la presa de Forata. Todo pese a las numerosas llamadas recibidas por el 112 -reflejadas en las pantallas repartidas por el centro de emergencias-, las imágenes de las inundaciones retransmitidas en los medios de comunicación o la información de la que disponía la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que tardó una hora en enviar el aviso por la súbita crecida del caudal.
El organismo que preside Miguel Polo envió el ya famoso correo electrónico a Emergencias a las 18.43h advirtiendo de que el caudal alcanzaba ya los 1.686 metros cúbicos por segundo, un aviso con los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la CHJ que incumplía el propio protocolo de la Confederación, que obliga a avisar cuando se superan tres niveles de caudal. Así las cosas, uno de los interrogantes es cómo fue posible la tardanza en enviar dicho correo y, además, que esa información no llegara al Cecopi.
Hace un mes, uno de los técnicos de la Generalitat Valenciana confirmó que dicho correo sí llegó al centro de emergencias pero no al Cecopi sino a una sala contigua donde había varios técnicos, dependientes orgánicamente del subdirector de Emergencias, Jorge Suárez. Con todo, hasta el momento, y a la espera de nuevas declaraciones relevantes como la del propio Suárez, la investigación sigue sin averiguar qué ocurrió con dicho correo.
Este miércoles, la declaración de otra empleada de la Generalitat Valenciana aportó algunos detalles nuevos pero todavía difusos, alegando que tenía "lagunas" sobre lo ocurrido en aquella tarde de caos. La técnica, M. E. C. M., es interina operadora de comunicaciones de Emergencias, y según explicó ante la jueza, se encargaba de los 'imputs' que llegaban a la sala de la 'centralita' del 112 para avisar a las diferentes agencias, así como de la radio para comunicarse con municipios sin cobertura pero también vio correos electrónicos.

- Foto: GVA
Así, en su declaración confirmó haber visto el correo de la CHJ pero negó haberlo abierto. "Dije que había un correo pero no recuerdo que lo abriera", aseveró en sede judicial según fuentes presenciales, según las cuales la operadora dijo desconocer si otro trabajador en la sala entró a ver el mensaje de advertencia. De hecho, relató que en la sala no oyó mencionar el barranco del Poyo hasta que saltó la alarma en el Cecopi (sobre las 19h) y se enteró de que se había desbordado el barranco. "Pero ya era tarde", dijo en el juzgado.
La operadora explicó que suele haber tres operadores en un día: uno por la mañana, otro por la tarde y otro por la noche. Aquel día, ella entraba en el segundo turno y según su declaración, no hubo ningún refuerzo en su puesto, por lo que estuvo ella sola durante toda la tarde como operadora, aunque recibió apoyo de otros técnicos (no operadores) que sí habían tenido refuerzos por la situación. "Me sentí muy sola", llegó a confesar en su declaración, que tuvo que interrumpirse al emocionarse.
A su llegada, a las 13.45h, según dijo, las llamadas ya estaban descontroladas, el ambiente era de tensión y había "mucha gente" en el centro. También que estas llamadas se reflejaban con puntos en los mapas de las pantallas, donde también se mostraban gráficos. Explicó que a ella le llegan las "cartas", que son las incidencias creadas por el 112 a raíz de las llamadas atendidas, y que su trabajo era derivarlas a las diferentes agencias y cuerpos de rescate. Así, cuando llegó ya había muchas cartas en color rojo, que implica que llevaban mucho tiempo a la espera de ser atendidas y derivadas. La gran mayoría de las incidencias, explicó, era por inundaciones y solicitudes de rescate, y que Suárez estaba informado de los avisos.
Asimismo, declaró que vio en la sala a la entonces consellera de Interior, Salomé Pradas -investigada en la causa- si bien dijo que no recordaba la hora exacta. A preguntas de la abogada de Pradas, dijo que posiblemente cuando se envió el segundo ES Alert pero negó que Pradas interviniera más allá de constatar su presencia. Al que no vio fue al entonces secretario autonómico de Emergencias y responsable de la Agencia Valenciana de Emergencias, Emilio Argüeso -también investigado-, del que llegó a decir que no lo conocía hasta después de la catástrofe.
La trabajadora dijo que se enteró de que se iba a enviar el aviso masivo a la población cuando ya se había tomado la decisión y ella no intervino en su remisión. Y confirmó lo que puede darse por cierto ya: que la alerta de las 20.11h se envió por la posible rotura de la presa de Forata. Así como que era la primera vez que se usaba ese sistema de aviso y que hubo "mucho barullo" mientras se gestionaba el envío. También confirmó que intentaron llamar a los alcaldes de la zona aguas abajo de Forata pero que no hubo éxito y que se remitió un fax a los ayuntamientos.