VALÈNCIA (EP). La mayoría de los economistas de la Comunitat Valenciana se muestran críticos con la agilidad de la activación de las ayudas para la recuperación tras la Dana, aunque lo que peor valoran es la coordinación entre administraciones, que ha sido "catastrófica" para los profesionales: el 79,2% la califican de mala o muy mala.
Así lo refleja la encuesta de coyuntura 'Los economistas opinan' que han presentado este miércoles el presidente del Consejo de Economistas de la Comunitat Valenciana y del Colegio de Economistas de Valencia, Juan José Enríquez; el decano del Ilustre Colegio Oficial de Economistas de Castellón, Jose Manuel Salvador; y el decano de la institución colegial en Alicante, Francisco Menargues.
La mayoría de los economistas se muestra crítico con la activación de las ayudas públicas tras el paso de la Dana del 29 de octubre: el 28,8% valora la rapidez como mala, el 25,5% le da un regular y el 18,8% la define como muy mala, mientras que solo un 14,7% la ve bien y un 2,8% la ve muy bien. En las tres provincias la suma de mal y muy mal es cercana al 50%.
En palabras de Juan José Enríquez, "la valoración de las ayudas es crítica pero no exacerbadamente", ya que se considera que "ha habido cierta lentitud" en la tramitación y ejecución, que "evidentemente ha perjudicado a empresas como pymes y micropymes, que en situaciones muy complicadas necesitaban ayuda inmediata para poder sobrevivir".
Respecto al importe de las ayudas, más del 40% de los economistas ha considerado "mal o muy mal" el dinero destinado a resarcir a las personas y negocios afectados por la Dana.
Sobre la tramitación de las ayudas, la agilidad ha recibido también una valoración mayoritariamente negativa: el 29,4% de los economistas la ha calificado como regular, el 29,3% como mala y el 18,6% como muy mala. Solo un 12,2% ha valorado positivamente la agilidad administrativa. Los criterios de distribución y asignación de las ayudas han sido considerados inadecuados por casi una tercera parte de los entrevistados (30,2%), aceptables por el 35,9% y correctos únicamente para el 17,2%[1].
Medidas "más de bisturí"
Enríquez ha añadido que en un primer momento que aprobaron "ayudas generalizadas" que han sido "bien valoradas" y "daban un respiro a las empresas", "pero se echa de menos que después se hayan analizado caso por caso" y se hayan articulado "ayudas mucho más concretas, mucho más específicas", un "trabajo más de bisturí, de cirugía" después de esas ayudas generalistas.
Además, ha defendido que "la mejor ayuda sería que el Estado apoyara financieramente a la administración autonómica" y que lo hiciese a fondo perdido. Así, ha criticado la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana.
Coordinación "catastrófica"
La coordinación entre administraciones públicas ha recibido la peor calificación y los economistas la han tachado de "catastrófica": un 54,6% de los economistas la ha considerado "muy mala" y un 25,2% "mala", sumando un 79,2% de opiniones negativas. Solo un 4,2% ha opinado que la coordinación ha sido buena o muy buena. Otro de los aspectos peor valorados ha sido la transparencia en la información pública de las ayudas, ya que para un 58% ha sido "mala o muy mala".
Enríquez ha lamentado "la falta de coordinación" entre el Consell y el Gobierno central y ha incidido en que han transcurridos ocho meses desde la catástrofe "sin la comisión mixta". "La falta de coordinación es evidente y la Generalitat es la primera que la sufre con la falta de recursos necesarios", ha agregado.
Los economistas han identificado como sectores más afectados por el temporal el coste para la administración pública y las infraestructuras.
También ha puesto de relieve la necesidad de contar con planes de prevención y respuesta que refuercen la resiliencia de las infraestructuras críticas y los servicios públicos.
Sobre sus previsiones en la ejecución de futuras obras para prevenir daños por Danas, el 30% cree que "es previsible que haya retrasos, falta de recursos o porblemas de ejecución",; el 27,5% considera que "no se prevé una actuación efectiva amedio plazo", y solo un 5,7% confía en que se ejecutarán en tiempo y forma suficientes. El resto no opina.
Ven un empoderamiento de la economía valenciana
En el ámbito de la situación económica general, el 42% de los economistas considera que la situación de la Comunitat Valenciana ha empeorado en el último año, frente al 20,6% que opinaba lo mismo el año pasado.
Sin embargo, la mitad de los encuestados ha calificado la situación actual como buena o muy buena. En la comparación con el conjunto de España, el 53,2% de los economistas ha considerado que la situación nacional es buena o muy buena, frente al 51,1% que opina lo mismo de la Comunitat Valenciana. El 52,6% ha opinado que la situación de la Comunitat Valenciana mejorará en los próximos meses, aunque el año pasado el optimismo alcanzaba al 62,2%.
La financiación, entre los principales problemas
En cuanto a los principales problemas de la economía valenciana, los economistas han señalado principalmente tres factores estructurales: la dependencia excesiva de ciertos sectores como el turismo y la construcción (59,2%), el déficit de financiación autonómica (51,3%) y la débil estructura empresarial (46,9%).
Menargues ha criticado que la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana "no tiene razón de ser" y ha puesto el foco en que Alicante es la última provincia en el ranking. Enríquez ha añadido que la Comunitat Valenciana debería recibir el 10% de inversiones territorializadas si se tiene en cuenta su peso demográfico, pero "no pasamos nunca del 7%". Con las necesidades por la Dana, "las inversiones deberían ser del 15% o del 20% si es necesario, significaría recuperar algo de la falta de inversión del Estado que se ha sucedido año tras año durante los últimos 15 o 20 años".
Impacto de los aranceles
La encuesta de coyuntura también ha abordado el impacto de la actual guerra arancelaria y el escenario internacional. Según las valoraciones recogidas, el sector agroalimentario es el que se percibe como más vulnerable, seguido de la automoción y sus componentes y los sectores cerámico, de la construcción, textil y del calzado. En contraste, el turismo aparece como el sector menos vulnerable a los efectos directos de una guerra arancelaria.
Preguntados por si consideran que la Unión Europea está gestionando adecuadamente su respuesta a la política comercial de la de EEUU, el 43,4% opina que parcialmente, el 34,9% cree que no, el 14,7% afirma que sí y el 7% no tiene opinión.
A pesar de que todavía hay demasiada incertidumbre para conocer los impactos, las consecuencias más referidas por los economistas son que "la UE acelerará sus acuerdos comerciales con países emergentes", que "aumentará la inflación en Europa por el encarecimiento de las importaciones" y que "las exportaciones europeas serán menos competitivas en mercados globales".
Por último, la encuesta ha abordado el impacto económico del apagón eléctrico. Para casi la mitad de los economistas el apagón no tuvo un coste significativo. No obstante, el 52,1% considera que la actuación de la administración fue deficiente o muy deficiente, frente a solo un 23,7% que la califica como eficaz o muy eficaz.