VALÈNCIA. “¡Holi holi amiguis estelares! Soy circe, barra baja, ancestral, barra baja, tarot. La oficial. Si os ha salido este vídeo es porque es para ti, porque no pongo hashtags (...) porque tus guías espirituales te están hablando a través de mí”. Esta es la peculiar y divertida presentación de Circe, una de las tarotistas que forma parte de la compañía valenciana Comboi, quien junto a una pareja de desenamorados y un gato que parece humano toma la escena de Artea Espai con (Re)Querer, del 16 al 18 de mayo y del 23 al 25.

En esta pieza, dirigida por Amancay Moliner e interpretada por Adrián Camacho, Marina Lilith, Selva Gallart y Cristina Sanmartín todo es posible y nada lo es al mismo tiempo. Una paradoja moderna, vaya. Bajo la premisa de imaginar borrar el pasado a cambio de un deseo, Moliner genera una comedia romántica que se “ríe” del amor moderno, inspirándose en piezas como Olvídate de mí, Antes del amanecer y 500 días juntos. Clásicos de sofá, manta, pañuelos y cubo de helado de un kilo para llorarle al desamor. Para ello convierte Artea Espai en un cementerio mágico -gracias a la escenografía de Lilith- en el que Olivia busca a Gabriel, su ex pareja, para devolverle a su gata: Misterio, generando así un encuentro donde aparecen “roces y heridas del pasado”.

Con un tono muy lúdico-festivo, Moliner imagina un espacio mágico donde la ex pareja vive todo tipo de encontronazos que suceden a través de la magia y a la hora del crepúsculo cuando ya no puede pasar nada bueno. “En esos momentos las almas reaparecen y todo el escenario se transforma, generamos un relato en la que cada personaje tiene unas intenciones y la astróloga funciona como un compendio de la locura de los protagonistas”, explica la creadora. Un lío amoroso que sigue el formato de “elige tu aventura” junto al público, generando así una pieza que cuenta hasta con cuatro finales posibles y con personajes que rompen la cuarta pared como pasa con la gata, Misterio y con la propia astróloga (circe-barra baja-ancestral-barra baja-tarot).

“Buscamos generar una relectura del amor que comprenda todas las diferentes visiones que caben sobre el escenario. Gabriel está más obsesionado con la astrología y el destino, mientras que Olivia es más escéptica y sabe que puede decidir lo que quiere hacer con su vida”, apunta Moliner, quien asegura que se arriesga con los cuatro finales posibles para rebatir la idea de la historia romántica predecible. “Las historias de amor suelen tener una narrativa de la que conocemos el final, así que quería darle un punto en el que surjan varios planteamientos, como en 500 días juntos se genera un espacio en el que caben varias posibilidades”.

Por su parte, la creadora -que es géminis- apunta a que el público tal vez opte por un final más sano para la ex pareja, o más “tierno” porque se tiende a lo humano. “Supongo que si empatizan con los personajes tomarán uno de los finales más románticos, pero es algo que nunca se puede saber”, apunta la directora jugando también a adivinar el futuro. ¿La realidad? Habrá que hacer una consulta en redes sociales a circe-barra baja-ancestral-barra baja-tarot, la astróloga del momento. O igual tocar esperar a que la compañía Comboi se suba sobre las tablas… porque el amor, al final, es todo un misterio.