VALÈNCIA. La Fira del Llibre de València ha llegado a su 60ª edición gracias a muchísimas personas. Todos aquellos técnicos que están tras el montaje de las casetas y organizando el espacio del paseo Machado de Viveros, también los lectores y como no puede ser de otra forma del Gremi de Llibrers. Dentro del Gremi, donde sus integrantes confiesan que se sienten dentro de “una gran familia” hay un nombre que se despide: Manolo Gil, quien ha sido director de la Fira esta última década. Ahora, su legado y la dirección de la Fira queda en manos de dos trabajadores incansables que han trabajado junto a él dentro del Gremi y que conocen el funcionamiento de la Fira “a la perfección”.

De esta forma, y al finalizar esta 60ª edición de la Fira, Pau Pertegaz asume la dirección de la Fira del Llibre y Roberto Ramiro se queda a los mandos de la dirección técnica de este evento. Gil permanece con su trabajo dentro del Gremi de Llibrers pero asumiendo nuevas funciones tras este traspaso del rol de director, que Gil considera que deja en excelentes manos: “Roberto y Pau siempre han estado a mi lado trabajando, se encargan tanto de la parte de coordinación de actividades como la dirección de este evento, son los trabajadores perfectos para continuar mi trabajo”, explica Gil.

Comprendiendo estas funciones dentro de la gestión del Gremi apunta que este “traspaso de poderes” tan solo es un relevo natural que viene dado por la confianza en Pertegaz, quien asume la dirección del evento, y Ramiro que queda a cargo de la coordinación de actividades. Pertegaz añade a estas declaraciones que La Fira sigue quedando a manos del Gremi de Llibrers mientras ellos asumen el legado de Gil aunque “seguirán haciendo el trabajo que tenían hasta ahora”, salvo que con un nuevo nombre: “Siempre hemos estado trabajando juntos los tres, así que no habrá grandes cambios, sabemos lo que implica trabajar y montar una feria de esta magnitud, que requiere muchos cuidados. Al final se trata de continuar el legado que deja Manolo a ambos”.

Por su parte, Gil ha explicado que se va tranquilo y con total confianza en sus compañeros, mientras se despide de una Fira que en esta edición ha superado todos los retos. “Estamos a la espera de calcular los datos de asistencia y de ventas, pero estoy seguro de que serán cifras muy buenas. Cada feria que montamos es diferente y mejor que la anterior, es un evento que sigue una muy buena línea tanto en lo cultural como en lo comercial”. Con esta despedida ha querido señalar también que la buena salud de la Fira del Llibre de València es “un buen reflejo de la evolución de la sociedad” y que mide la calidad humana de la ciudad: “Cada año hay más tipos de libros y de lectores, nada se parece a lo que sucedía hace cinco años y eso genera un fenómeno muy interesante. Esta edición es la más grande y especial hasta el momento y la siguiente lo será más aún”.