Entrevista

CULTURA

41.ª edición

Emilio del Río: "Para alcanzar el bienestar emocional hay que leer a los clásicos y no a charlatanes de feria"

El filólogo presenta en la Fira del Llibre de Castelló 'Carpe Diem'

  • Emilio del Río
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CASTELLÓ. Emilio del Río, uno de los mayores expertos en Roma y Grecia, visita la Fira del Llibre de Castelló para demostrar que los clásicos nos pueden ayudar a ser felices mucho mejor que “los charlatanes y gurús de las redes” porque ellos ya buscaban respuestas a muchas de las preguntas que hoy nos formulamos. Este doctor en Filología Clásica, profesor, escritor y divulgador llega con su nuevo libro bajo el brazo, ‘Carpe Diem’, que él mismo define como manual de autoayuda “pero de los buenos, y muy divertido”.

Del Río no esconde su satisfacción por venir a Castellón, provincia que considera como una de sus patrias a la que visita los veranos para encontrarse con los amigos que conserva tras haber estado veraneando en Benicàssim durante más de dos décadas.

— ¿Te puedo definir como militante de los clásicos grecolatinos, Emilio?

— Claro. Siempre me defino como escritor, profesor y activista por las humanidades porque reivindico su papel en la sociedad. En mi último libro le dedico un capítulo entero. ¿Por qué? Porque las humanidades clásicas ayudan a formar ciudadanos críticos y libres, y por eso las necesitamos. La democracia es muy frágil y hay que cuidarla y regarla, no hay más que ver lo que ocurre en tantos y tantos lugares del mundo, como Estados Unidos incluso. Por tanto, si queremos seguir protegiendo y defendiendo la democracia tenemos que estudiar un poco las humanidades clásicas, y estaría bien que eso se hiciera, por ejemplo, en el bachillerato y en la enseñanza secundaria. Son un gran valor para la democracia.

— ¿Por eso te centras tanto en la divulgación?

--De eso precisamente doy clase en la universidad y escribo libros y artículos de investigación y divulgación. Desde el rigor quiero acercar este mundo maravilloso y apasionante de las humanidades a los lectores y a los escuchantes de la radio. Los clásicos son muy divertidos, te lo pasas muy bien.

— Y ahora, además, has escrito ‘Carpe Diem’. ¿Es tu manera de ampliar tu tarea pedagógica?

— Si. Este es un manual de autoayuda que te guía para ser feliz. No es un libro de teoría ni es un libro de filosofía, sino que he escrito una guía práctica para ser feliz.

— ¿Los clásicos ya escribían libros de autoayuda?

--Claro. Séneca, Marco Aurelio, Cicerón… todos ellos escriben manuales de autoayuda, pero de la buena. Hay mucho charlatán de feria por ahí y mucho coach motivacional. Yo salgo corriendo cada vez que los escucho. Pretenden darnos respuestas facilonas y azucarillos de café a problemas complejos. Eso no es así. Para ser feliz tenemos que entrenarnos y trabajar nuestras emociones. No es llegar a un punto y ya está. Es un estado permanente. No es aquello de decir que he hecho una carrera de diez kilómetros y ya he acabado. De ningún modo. Ser feliz depende de nosotros, de nuestro equilibrio interior, de nuestra serenidad, y a eso nos enseñan los clásicos, a entrenar nuestras emociones. En ‘Carpe Diem’ lo intento transmitir de una forma desenfadada pero útil. Es un libro práctico para ser feliz.

Para ser feliz tenemos que entrenarnos y trabajar nuestras emociones

— Según tus palabras, el libro es resultado de los apuntes que atesoras desde que empezaste a estudiar a los clásicos.

— En este libro recojo las notas de lectura de los clásicos que he ido apuntando a lo largo de los años. Es importante explicar que hay 42 capítulos que se leen en cualquier orden, no es una novela ni, como he comentado antes, un libro de teoría. Todo es práctico en ‘Carpe Diem’. Ni explica quien es Séneca ni explica cuáles son las distintas filosofías. Voy, como dicen los dermatólogos, al grano directamente. Hablo de cómo afrontar el cambio, cómo tener objetivos en la vida, la necesidad de tener hábitos, el valor de la amistad, cómo afrontar la muerte, cómo asumir que vivir es combatir contra las adversidades o nosotros mismos, cómo encararse con la vejez o cómo construir relaciones duraderas. Todo esto nos lo enseñan los clásicos y todo esto está en ‘Carpe Diem’. Es una ganga. Por 21 euros tienes un libro práctico para ser feliz. En dos meses se han publicado ya cinco ediciones.

— ¿Cómo nos ayuda a comprender el mundo actual el Mito de la caverna de Platón?

— Tenemos que ser capaces de pensar por nosotros mismos. Atrévete a saber, eso es clave. Es el lema de la ilustración. Fíjate en la actualidad la de batallas que tenemos aún por dar con este tema. Hay gente que todavía sigue diciendo que la tierra es plana y hay quien está en contra de las vacunas.

Tenemos que ser capaces de pensar por nosotros mismos

— Con tantas proclamas que hay en los autores clásicos, ¿por qué elegiste para titular el libro la de Horacio?

— Porque me parece una declaración de principios maravillosa. Carpe Diem nos dice que esto es un suspiro, que la vida es breve y que hay que aprovecharla. Tenemos que trabajar, socializar, encontrar tiempo para nosotros y muchas otras cosas, pero la clave de todo está en aprovechar el momento. Entiendo que la vida es un equilibrio, por tanto, todo depende de nuestro equilibrio interior y de nuestra serenidad. Y eso es lo que nos permitirá alcanzar el bienestar emocional y la felicidad y no los charlatanes de feria. Para mí, lo que esconde esta proclama de Horacio es buscar el sentido positivo de la vida.

— En tu anterior libro, ‘Latin lovers’, enseñabas cómo las lenguas clásicas están presente en nuestras conversaciones. ¿No te cansas de reivindicar el papel de los humanistas?

— No porque a mi el trabajo que hago me gusta y es una tarea en la que me lo paso bien. Es una forma de compartir una pasión y de defender la democracia y la alegría. Nuestros clásicos son divertidos, te hacen ver la vida de forma alegre.

— No caerá en saco roto ese esfuerzo divulgativo porque tu podcast ‘Locos por los clásicos’ está triunfando en Radio Nacional de España.

— Es el podcast más escuchado de la cadena y hemos recibido un premio Ondas, que son unos galardones que otorga Prisa.

— En los últimos años has compaginado tu tarea con la de diputado nacional. ¿Algo positivo de tu paso por el Parlamento?

— Llegué a la conclusión de que la política es algo demasiado importante para dejarla en manos solo de los políticos. Yo soy un modesto profesor y escritor que dedica una parte de su tiempo a las cosas comunes. Esa es, por cierto, otra de las grandes enseñanzas de los clásicos, que nos insisten mucho en que debemos involucrarnos en las cosas comunes.

La política es algo demasiado importante para dejarla en manos solo de los políticos

— ¿Te arrepientes de los años que estuviste en primera línea política?

— No lo sé.

— Tenías ganas de venir a la Fira del Llibre de Castelló...

— Para mi ir a Castellón es volver a casa. Yo he estado yendo 25 años a Benicàssim. Mis padres tenían un apartamento en el Torreón, en la Gran Avenida Jaume I. Hace un tiempo que no voy porque ellos ya murieron, pero sigo visitando en verano Benicàssim para estar con los amigos que conservo. Castellón es una de mis patrias.

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